El francés Nicolás Appert tuvo la idea cocer los alimentos y conservarlos en envases herméticamente cerrados. Este método fue mejorado por Louis Pasteur en 1864.
El éxito de la hojalata, padre del envase metálico, fue inmediato por su ligereza, su consistencia y seguridad (resistente a la corrosión), por la fácil conducción del calor y porque no era frágil como el vidrio.
El proceso de conservación de la conserva es el mismo para la lata que para el frasco, pero cada uno de ellos tiene sus características.
Las latas son un utensilio son muy cómodo para su almacenaje y proporciona al alimento una protección total, están muy controladas y han evolucionado mucho en las últimas décadas.
L os frascos de vidrio poseen la ventaja de que puedes observar el contenido, pero son más pesados y frágiles. Si el envase es de vidrio, procura almacenarlo lejos de la luz para evitar que se oxiden las vitaminas del los alimentos
En las conservas, los productos fresco que han sido cocinados, esterilizado y colocado los envase esterilizados, cerrados herméticamente mediante autoclave de manera duradera. No se utilizan conservantes, son seguras e inalterables y conservan todas las propiedades nutritivas sin necesidad de refrigeración.
La transparencia del cristal exige una presentación y un empaque manual especialmente cuidado. La diferencia con la lata está sobre todo en la forma de corte del producto, dependiendo del tamaño del frasco. Como hemos dicho, Los envases de cristal o vidrio tienen la ventaja de que puedes ver el contenido Son, sin embargo menos cómodos para su exposición y almacenamiento, más pesados y más delicados a los golpes. Sin embargo, una vez abierto, admite un mayor tiempo de conservación (refrigerado).
Es importante señalar que estas conservas, en ambos formatos, tanto en lata como en frasco de cristal, mejoran con el tiempo.